La vitrocerámica es uno de los electrodomésticos más utilizados en nuestro día a día. En el mercado, nos encontramos con una inmensa variedad de ellas que, además de decorar nuestra cocina, nos ayudarán a convertirnos en verdaderos chef, desarrollando nuestras mejores dotes culinarias. Elegir la mejor vitrocerámica no es una tarea sencilla y, hay muchas ocasiones en las que la precipitación nos lleva a tomar decisiones que no responden a nuestras necesidades y expectativas. Por eso queremos ayudarte para que tomar esta decisión no traiga más quebraderos de cabeza que los necesarios.
El sistema de funcionamiento de las vitrocerámicas se basa en una resistencia eléctrica que genera el calor en el foco elegido y lo distribuye por la superficie delimitada por este foco, evitando que se extienda por el resto de la placa. En realidad, la vitrocerámica es un material obtenido a partir de una mezcla de mineral de hierro y otros componentes con propiedades semejantes a las del vidrio, resistente a temperaturas muy altas.
El estilo y la personalidad de tu cocina resultan dos factores muy importantes a la hora de elegir vitrocerámica. En los últimos años, ha habido grandes avances en este ámbito y, por eso, es muy importante analizar bien los pros y contras de cada uno de ellos, para llegar a una decisión final basada en criterios lo más objetivos posibles.
El mantenimiento de este electrodoméstico es, sin duda, uno de los criterios más importantes a la hora de usar correctamente una vitrocerámica. Si llevamos a cabo una labor adecuada de mantenimiento, es muy posible que su vida útil sea muy más prolongada y podamos obtener mejores resultados, asegurando así que la eficacia será mejor aún.
Para entender bien las diferencias entre los tipos de vitrocerámicas conviene destacar que se trata de un electrodoméstico que utiliza la electricidad para calentar alimentos y bebidas. Las eléctricas son las más conocidas, pero también hay vitros de gas. Vamos a analizar las diferencias entre ellas, para poder así entender mejor su funcionamiento y decidir cuál es la que más se adecua a nuestras necesidades.
Si tienes dudas sobre los tipos de vitrocerámicas que existen, te debates entre las más cómodas, las que más energía consumen o cuáles son más sencillas de utilizar, no te pierdas estos tips sobre los tipos de vitrocerámicas que hay y sal de dudas.
Estas son las placas de cocina más habituales en las cocinas de hoy en día. Se trata de un material que se obtiene a partir de una mezcla de mineral de hierro y otros materiales cuyos componentes son semejantes a las del vidrio, pero resistente a altas temperaturas. Su funcionamiento es muy sencillo y el mantenimiento no exige grandes desembolsos.
Se denomina ‘radiantes’ a las vitrocerámicas que conocemos de toda la vida, ya que irradian calor a todo lo que se encuentra a su alrededor. Su funcionamiento viene determinado por una resistencia que es donde se incrementa la temperatura. Esta se transmite al exterior calentando todo lo que se encuentre en contacto con la placa. Cuenta con la ventaja de que se puede cocinar en las con cualquier recipiente y no es necesario emplear ninguno con características concretas.
Ventajas de la vitrocerámica
Este tipo de vitrocerámicas no funcionan con resistencias, sino por ondas magnéticas. Es por ello, que no queman si tocamos la superficie del foco que está encendido. Se trata de las más recomendables siempre que haya niños en casa. Además, como el calor se genera al instante, el consumo de energía es aún menor. Se trata por ello de las placas de mayor eficiencia energética y, en cuanto a su precio, oscilan entre los 250 y los 500 euros. La gran ventaja de este tipo de placas es que al transmitirse la energía a la sartén de forma directa, no se produce pérdida de energía en la cocina.
El sistema de inducción tiene muchas ventajas, y es que en su interior hay bobinas que generan campos electromagnéticos y no calor. Es por ello que tan solo calientan los recipientes diseñados para este tipo de vitrocerámicas, que lo normal es que se fabriquen con material ferromagnético. Cuando situamos un recipiente de este material sobre la vitrocerámica de inducción el metal conecta con el campo electromagnético y se produce una corriente que genera calor, lo que la convierte en la vitrocerámica más segura, rápida y eficiente que existe hoy en día.
Otras ventajas de las vitrocerámicas de inducción son:
Se trata de vitrocerámicas cuyo funcionamiento se realiza a gas butano. Económicamente hablando, son más caras que las cocinas eléctricas, pero en lo que a consumo de energía se refiere, consumen menos. Una de las grandes desventajas de este tipo de vitrocerámicas es que cuentan con una oferta limitada, ya que el precio es elevado. Es importante que, si te decides por una vitrocerámica de estas características, las busques de encendido eléctrico, para que así no dependas de las cerillas. Su limpieza es sencilla, lo que supone un punto a su favor.
El funcionamiento de este tipo de vitrocerámicas es muy sencillo: generan calor mediante focos halógenos. Se trata de placas que resultan caras, ya que necesitan mucha potencia y, en consecuencia, consumen mucha energía. Actualmente, en nuestro país, solo se venden placas que combinan un fuego halógeno con otros de otro tipo.
Estas son las vitrocerámicas más comunes hoy en día en las cocinas. El calor se genera, como su propio nombre indica, a través de un sistema de radiantes, situado debajo de un cristal de protección. Su gran ventaja estriba en que se puede cocinar en ellas con utensilios de cualquier material: desde el aluminio o el barrio, al teflón. Esto, en una vitrocerámica de inducción no es posible. Este tipo de vitrocerámicas son más económicas que las de inducción aunque, en lo que a consumo energético se refiere, consumen, más porque tardan más en calentarse y suelen deteriorarse con mayor rapidez; es por ello, que resulta muy recomendable, utilizar productos específicos para evitar que se precipite su deterioro. Debido a que se emplean aleaciones metálicas, materiales aislantes y otros similares, se van quedando cada vez más obsoletas, en detrimento de las placas de inducción y otras más modernas que, poco a poco, se van haciendo hueco en las cocinas de hoy en día.
Las placas rápidas o high light van desbancando poco a poco a las radiantes, ya que su funcionamiento se realiza mediante resistencias onduladas que calientan con rapidez. En estos momentos, son las más habituales en las casas, aunque seguidas de cerca por las placas vitrocerámicas de inducción. Aunque su instalación y mantenimiento es similar al de las anteriores, se diferencian de ellas en que su transmisión de datos e imágenes se realiza únicamente por medio de Wifi. Cuentan con dos características muy destacadas: la opción de visión nocturna y la función de audio bidireccional, que hacen de ellas productos de gran calidad, respecto a las funciones para las que están diseñadas. Además, cuentan con la posibilidad de realizar grabaciones de imágenes en una definición nítida e incorporan efectos de luz y sonido para proteger a los habitantes de la casa y ahuyentar a las visitas no previstas.
En nuestras cocinas, hoy en día, la vitrocerámica es uno de los electrodomésticos más empleados, ya que hacemos un uso muy frecuente del mismo. Por eso, es importante conocer las características, funcionalidades, ventajas e inconvenientes de cada una de ellas, pero sobre todo, cuáles son nuestras necesidades para elegir la que mejor se adapte a nuestra forma de cocinar y a las necesidades de nuestro hogar.
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