Marca: Salamandra
Críticas Harry tiene que realizar una tarea siniestra, peligrosa y aparentemente imposible: el de localizar y de destruir a Horcruxes. Harry nunca se sintió tan sólo ni se enfrentó a un futuro tan incierto. Pero Harry debe encontrar la fuerza necesaria para terminar la tarea que le han dado. Críticas Recomendación de Librosyliteratura.es, escrita por Roberto Maydana Harry Potter y las reliquias de la muerte, de J.K.Rowling. Siete libros después, las 3665 páginas de la saga de Harry Potter acaban de terminarse. Y el encuentro con el vacío resulta inevitable "¿Y ahora?", me pregunto, sabiendo que la mejor respuesta contiene dos actitudes diferentes pero con el mismo objetivo: halagar la hermosa historia que nos ha regalado J.K.Rowling. La primera actitud es una especie de melancolía constante, una seguridad interna de saber que siempre nos generará una sonrisa recordar los bien que la pasamos transitando la magia de estos libros. La segunda actitud es más peligrosa, por lo que le recomiendo a mis seres queridos que se alejen de mi durante los próximos meses si no quieren que, cual adicto, haga apología clara y dura sobre la conveniencia de consumir, cual poseso, cada uno de los libros del pequeño gran mago de Hogwarts. Mi adicción duró poco más de tres meses y tuvo etapas bien marcadas, con un inicio en el que dije "voy a probar " (HP1) para pasar a asegurar que lo podía manejar, por lo que me permití consumir un poco más (HP2), aunque tuve que admitir, ante las miradas de amigos y familiares, que se me estaba yendo de las manos (HP3 y HP4 en apenas un mes)... entonces pedí ayuda y salí a tomar un poco el aire... bajé la dosis y hasta estuve a punto de abandonar (H5) Sin embargo la calidad de mi sustancia mejoró notablemente tras ese pasajero bajón y reincidí de pleno con dos fascinantes y vibrantes viajes (HP6 y HP7) ¡Vivan las sobredosis... de buena literatura! El comienzo del último libro es más una continuación del anterior, uno de los pocos que había terminado con una final bastante abierto, y eso permite meterse de lleno en el ritmo trepidante de la historia; teníamos a Harry Potter intentando llevar lo mejor posible las ya innumerables pérdidas dolorosas que su vida le deparó, pero al mismo tiempo ante la necesidad de no detenerse para poder realizar el encargo que Albus Dumbledore le dejó: conseguir los horrocruxes que contienen las partes del alma de Lord Voldemort, ese fascinante villano que permanecerá para siempre en las retinas de los lectores de esta saga. ¿Pero dónde están y cuáles son los horrocruxes restantes? Pregunta clave para imaginar que viajaremos por toda Inglaterra con el fin de encontrarlos, por supuesto junto a los inseparables amigos de Harry Potter: Ron Weasley y Hermione Granger, en la que quizás, hay que decirlo, sea la parte menos interesante de la historia, ya que esos viajes se tornan repetitivos y con muchos momentos de espera que hacen que la lectura se estanque un poco y pueda resultar pesada y hasta aburrida, sin novedades interesantes, más allá de los conflictos y la inestabilidad que el tedio genera entre los tres personajes principales, que, claro está, ya no son los mismos niños puros y preadolescentes sin maldad ni egoísmo. Contando con apenas algunas pistas que Dumbledore les dejó en forma de regalos, Harry Potter y sus amigos irán uniendo piezas y atando cabos para resolver dudas y llegar a conclusiones más certeras luego de la lógica etapa de perdición, lo que generará en la lectura un ritmo más elevado que al mismo tiempo coincide con, una vez más, un gran surtido de imaginación que J.K.Rowling sigue sacando de su maravillosa mente y la puesta en escena de diversas cuestiones que ponen en juego la lealtad de Harry Potter y, claro está, siembra de nuevas preguntas a los lectores, que ya transitando la mitad del libro se preguntan cómo logrará cerrar una historia que, hasta ahí, se presenta tan abierta. La capacidad de la autora radica en tirar abajo todo lo que se encargó de construir, riéndose y jugando con los lectores, confundiéndolos y desestabilizándolos. ¿Cómo se explica sino el que tanto Harry como nosotros, luego de tenerlo en un pedestal, comencemos a dudar de Dumbledore? ¿Cómo puede ser que luego de tantas demostraciones de moralidad se nos presenten el pasado de Dumbledore, la historia de las reliquias de la muerte y una hermana llamada Ariadna y nos tambalee la fidelidad? ¿Cómo es posible que en medio de tantas maldades aún sigamos teniendo esperanzas en el profesor Snape? Tanta es la destreza de J.K.Rowling que, estoy seguro, sería hasta capaz de hacernos creer que toda esta historia de Harry Potter es mentira, que Hogwarts no existe, que el Quidditch no es un deporte real y que los gigantes, los magos, los elfos domésticos y los dragones son simples invenciones de una escritora... Siguiendo con la novela en sí, es necesario destacar los crecimientos de algunos personajes, entre los que resalto los de Neville Longbotton (que de ser un niño tímido y tomado para la risa, pasa a ser el líder de la revolución del bien) Luna Lovegood (fantástica creación de un personaje que da para un libro por sí sola) y Bellatrix Lestrange (una fabulosa bruja de sangre pura que produce en los lectores un odio casi superior al que genera Lord Voldemort) Las películas de cada uno de los libros se encargan de ratificar a estas creaciones literarias, junto con decenas de personajes secundarios realmente inolvidables. El final de la saga es digno de lo que se esperaba, lleno de acción, emoción y algunas sorpresas con mensajes morales que transforman a esta historia en más que una simple lectura divertida. Cabe señalar que todas aquellas dudas que se fueron acumulando a lo largo de la saga obtienen respuesta; existía en mi cierto temor de que la historia termine de forma abierta y más o menos "atada con alambre", pero en general todo tiene su explicación y con argumentos sólidos, más allá de algunas soluciones mágicas que se permiten en un mundo bastante amplio. Harry Potter y las reliquias de la muerte es para mí uno de los mejores libros de la saga, quizás solo superado por el segundo y el tercer tomo, pero sin lugar a dudas se encuentra en el podio de los más logrados, sobre todo por la expectación que había generado y a la que la autora responde con creces. Estamos ante un libro que esta vez posee poco humor, algo lógico teniendo en cuenta que se está desarrollando una guerra mágica, y que lleva una vez más a un punto álgido el dolor y la capacidad de superación de Harry Potter, un pobre chico que fue creado para sufrir, pero que al mismo tiempo será el encargado de intentar dejar un mundo mejor y si es necesario jugarse la vida en ello. Vida y muerte, Harry Potter y Lord Voldemort, extremos opuestos unidos por lazos mágicos que una y otra vez se encuentran para definir qué parte de la moneda manejará los hilos del mundo. La última de las 3665 páginas de los siete libros de Harry Potter quedó atrás, tan solo quedarán los recuerdos que generan esos sucesos que se graban para siempre en el corazón. Por mi parte intentaré mitigar la soledad que ahora me rodea, realizando el duelo necesario con diversas dosis de calmantes (ver una y otra vez las películas, visitar los estudios de grabación en Londres, comprarme una escoba y tirarme desde la terraza) Y por supuesto, releyendo alguno de esos siete libros que ahora descansan allí en mi biblioteca, esperando también el tiempo en que futuras generaciones, quizás mis hijos, se acerquen a él y digan "voy a probar, lo podré manejar" sin saber que se encontrarán, con seguridad, perdidos y adictos a la mejor de las sobredosis: la buena literatura. Ver Descripción del producto
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